miércoles, 31 de julio de 2013

Columna Vertebral

Me esfuerzo a estar erguido
y obligo a este conjunto de huesos inertes
a mantenerse de esa manera
cuando me reprochan los silencios,
mis nudillos y mis pies.

Cuando me grita mi cabeza
y la boca me escupe al revés.

Cuando mis manos me golpean,
mis ojos me acusan, mis dedos
me señalan, y mis piernas
no hacen nada.

Cuando mis dientes me muerden
y mi lengua me atraganta,
compelo a estos 34 huesos, es todo
lo que me queda...

Todo lo demás me ha abandonado
como tú...

Sigo erguido, igual
insensible e inservible
mientras escucho el adiós
de unas cervicales
muy parecido al tuyo...






No hay comentarios:

Publicar un comentario