Entre Frío, Tibio y Caliente
está la tendencia al equilibrio,
no existe mejor razón para
olvidarse del sueño y derretirse.
Inhalar, exhalar, sentir y probar humedad
así se duermen los pudores y las complicaciones
se van a descansar.
Una visión entrecortada
y una luz,
que lucha con la nada.
Pero esa espalda...
Esa que se congela entre
el lavamanos y la puerta
no te deja nada que pensar.
Sólo la devoción del sonido
de un sexo que se resbala
por la porcelana del baño
y así comenzar la mañana.
Dejando todo en manos de la bendita incertidumbre.
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