Se abren los ojos
de nuevo envuelto entre las sombras
que no dejan de ser sombras
los besos fríos en la planta de los pies
que no dejan de ser pies a solas
y la preocupación ocupante
del que no hace nada.
Pienso que nunca es tan tarde para barrer
las cavernas
y lavar nuestras entrañas,
cuelgo mi intimidad en el tendedero,
exprimo los malos momentos
y cuelgo recuerdos,
los dejo a la luna
puesto que las prendas negras
secan mejor de madrugada...
Tomo agua
para pasar esta tristeza que atraganta,
la felicidad es un estilo de vida
que no va conmigo y pocas veces llega a interesarme.
Los felices duermen acompañados
en una cama sin sabor,
un cuarto multicolor,
ropa holgada de obsesión y
un televisor encendido...
Le doy vida a mi tabaco y pienso
que no hay nada peor que soñar
y seguir vestido...
¿Donde están las manos que me desnuden
y me lleven a dormir en su delirio?
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