jueves, 14 de abril de 2011

CUATRO TIEMPOS...

De entrada; una soledad toreada de instintos y normalidad.

Como primer guiso; besos sin aderezo y caricias fuera de lugar.

El plato fuerte; un recuerdo caliente de flujo a 3/4  de su intensidad
acompañada de una guarnición de añoranza y tristeza naturlamente
muy fresca.

Para finalizar; un postre de lagrimas dulces que dejan vulnerable
a la ternura del alma.

Cuatro tiempos...

es lo que últimamente ordena mi realidad con sobrepeso,
puesto que mi esperanza lleva una dieta rigurosa
que nadie se atreve a terminar...

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